Crece la angustia y el malestar en el segundo día de encierro en Hogar 3
A las 11,30 horas de hoy, el camión sanitario que debería traer los alimentos y medicamentos que el comité de crisis del Covid-19 se comprometió a garantizar, aún no había llegado.
Contrariamente al despliegue sanitario visto el primer día del bloqueo sanitario a nueve manzanas del barrio, en la mañana del viernes 24 de abril no se ve a nadie. Se fueron los camiones del ejército, los médicos, los funcionarios, bajó la espuma mediática, y solo quedaron los vecinos, con su angustia y un malestar que crece por las restricciones para circular combinado con el férreo control policial.
La Décima recorrió esta mañana el sector que está encerrado tras confirmarse un diagnóstico positivo de Covid-19 y conversó con un grupo de vecinos que pretende hacer llegar sus reclamos a las autoridades.
“Necesitamos que alguien se haga presente porque necesitamos comprar el pan, la carne y la leche para los chicos”, describe Alejandra, porque “con un bolsón, no vamos a vivir”.
Los vecinos encerrados no pueden traspasar el cordón sanitario para hacer compras, si lo hacen inmediatamente la policía se los impide y, de insistir, tienen la orden de deternerlos.
Los policías motorizados se encargan de custodiar las esquinas y los patrulleros circulan por las calles de tierra buscando intimidar a los peatones para que regresen a sus casas. Los vecinos que caminan con una bolsa de verdura u otros alimentos pasan a ser sospechosos de colaboración con los encerrados. ¡Es de locos!
Una joven mamá suplicaba esta mañana “las gotas” para su hijo porque “él come y vomita”, contaba al borde del llanto.
“Por qué en Angelelli no encerraron el barrio y acá sí”, planteada una vecina. Los pocos almacenes que funcionan dentro del perímetro sanitario, cerraron por temor a contagios.
El secretario de la comisión vecinal, Hugo Maidana, estaba esta mañana sentado en soledad en la plaza del barrio esperando el camión con los allimentos y remedios para los vecinos. “Los vecinos te presionan por whatsapp con razón porque los alimentos no llegan en tiempo y forma”, le decía a La Décima.
Los vecinos reclaman la flexibilización de los controles al menos para hacer las compras de la casa porque los insumos “garantizados” por el gobierno no llegan en tiempo y en forma. Y además, lo que se entregó fueron alimentos perecedores. ¿Acaso los hijos de los funcionarios desayunan con harina, puré de tomate, polenta y fideos secos?