El cadáver hallado en el placard del expolicía Grasso es de una joven desaparecida de barrio Pueyrredón

La Justicia informó que los restos óseos hallados en julio pasado por albañiles en el placard de la casa del expolicía Horacio Grasso  pertenecen a una joven de 22 años llamada Milagro Bastos. 

La identificación del cuerpo fue posible gracias a la prueba de ADN con la hija de la joven, de 6 años. Tras la confirmación, Grasso fue imputado por la muerte de Milagros por “homicidio agravado por violencia de género” (femicidio). En tanto, su hermano Javier fue acusado por “encubrimiento agravado” y se ordenó su detención.

La fiscalía de José Bringas aguarda más pruebas que podrían ampliar la imputación. 

Grasso había sido condenado a 27 años por el asesinato del niño Facundo Novillo en 2007, pero había recibido el beneficio de la prisión domiciliaria en 2019, pese a su historial violento.

A principios de julio, la justicia le revocó el beneficio y lo devolvió a la cárcel. Días después, el 5 de julio, obreros que realizaban tareas de limpieza en su departamento del 3° B de calle Buenos Aires forzaron un placard y encontraron restos humanos envueltos en mantas, atados con sogas y cubiertos con cal.

Grasso es el de remera amarilla

La joven hallada

Milagros vivía en barrio Pueyrredón, donde Grasso frecuentaba. Según reconstruye lavoz.com.ar, “desde muy pequeña sufrió violencia, abandono y pobreza extrema, aseguran quienes investigaron su desaparición. Dormía en la calle, a veces volvía con su familia –una red de mujeres formada por su abuela, 12 hermanas y algunas tías– y padecía un consumo problemático de drogas”.

Refiere el diario que desde noviembre de 2024 estaba denunciada como desaparecida. En los últimos meses había caído en el “pipazo”, una sustancia que los especialistas relacionan con la pobreza y que, según advierten, coloca a las mujeres en un riesgo extremo”.

“Desde chica debió abandonar la escuela y comenzó a vincularse con otros adolescentes y jóvenes de su entorno, donde fueron apareciendo los primeros estímulos para el consumo. “Era propensa a abandonar todas sus responsabilidades, aunque cuando ‘se rescataba’ iba a visitar a su hija, por quien sentía una especial devoción”, dijeron fuentes investigativas.

“Ni Una Menos Córdoba” había publicado su foto en redes sociales, pidiendo por su paradero. 

 

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