La oposición renueva el pedido de renuncia del ministro que viene “depurando” a la fuerza policial

(Por Mario Albera) La oposición política en Córdoba exige la renuncia del Ministro de Seguridad Juan Pablo Quinteros luego de conocerse un nuevo escándalo de corrupción en la fuerza policial.

Se trata de la detención de nada menos que el jefe de la Policía Caminera, Maximiliano Roldán, acusado junto a otros cinco efectivos y dos particulares de liderar o participar de una banda que usaba información privilegiada para cometer distintos delitos como extorsión, coacción, peculado, asociación y enriquecimiento ilícitos.  

“Esto se suma a una extensa lista de casos de corrupción policial, y una sucesión de decisiones improvisadas y erráticas bajo la órbita del Ministro de Seguridad de la Provincia”, expone un proyecto de resolución del bloque del Frente Cívico con el fin de solicitarle al gobernador Martín LLaryora la “inmediata renuncia” de Quinteros.

Para los viejos amigos del ministro, este no tiene la capacidad ni idoneidad para el cargo que ocupa y juzgan que se ha mostrado “inoperante” para acabar con el “entramado de corrupción estructural” en la fuerza policial. 

El senador Luis Juez, antiguo jefe político de Quinteros antes de que este pegara al salto primero al vecinalismo y luego al peronismo gobernante, dijo hoy que era imposible no saber que Roldán era corrupto cuando fue “ocho años secretario privado del jefe policial”.  

También le atribuyen al ministro el auge delictivo en Córdoba, quien según estadística citada por el juecismo, la Provincia encabezaría el ranking en cantidad de hechos delictivos por cada 100.000 habitantes. “Durante 2024 hubo 68.037 robos denunciados en Córdoba y 2.195 tentativas. En total, 70.232 hechos. La tasa por cada 100.000 habitantes es de 1.797 cuando la media nacional es de 1.068”, describe, crítico, el proyecto. 

Por su parte, el bloque radical también salió a pedir la cabeza de Quinteros. 

En un comunicado titulado “La corrupción supera a la ficción”, se preguntan sobre el nuevo escándalo policial: “¿Cómo puede ser que el Fiscal González, en tan poco tiempo, desde el ascenso de Ochoa Roldan hasta ahora, haya descubierto un entramado de corrupción como el descripto, sin que se haya hecho durante un tiempo más largo? ¿Nadie sabía nada?, ¿nadie sospechaba nada? Evidentemente el ministro Quinteros no. De hecho, volvió a premiar con un ascenso a un efectivo que termina tras las rejas por corrupción”.

“Este nuevo escandalo responde a 26 años de un gobierno que, evidentemente, se está cayendo a pedazos. Que ya no puede esconder con la mano la impunidad y la negligencia con la que se maneja”, agrega el comunicado.

En la conferencia de prensa brindada hoy en Jefatura, Quinteros admitió su incapacidad para controlar a los subalternos. Y en el caso de los acusados justificó el ascenso de los mismos porque presentan “un legajo de servicios intachable”, sin antecedentes. Por lo tanto, dijo que no puede hacer espionaje sobre la actividad privada de los efectivos y que la tarea de investigar es judicial. 

Este escándalo se suma a otros registrados en meses anteriores que suman detenciones de jefes de la Policía de Córdoba, de Bomberos y Servicio Penitenciario.  Las dos últimas son causas de corrupción estructural que trascienden la gestión de Quinteros y que se venían investigando hace tiempo. 

Lo que para la oposición es una muestra de ausencia, incapacidad y fragilidad política, para el ministro es una señal de fortaleza y transparencia que la corrupción aflore a la superficie y la fuerza “se depure” de los malos policías. “Para los que se corran un milímetro de la ley”, suele repetir. Mejor es prevenir que curar, pero también exponer a  encubrir, como se ha hecho en el pasado. 

La prédica del gobernador de que “los buenos son los azules”, no se estaría cumpliendo en estos casos donde los que deberían ser intachables para derramar el ejemplo hacia abajo, no lo son. Pero están siendo apartados y es una buena noticia en el lodazal de inmundicia.   

Quinteros es fuertemente resistido también porque tiene una exposición alta. La supo pulir como conspicuo opositor y continúa la saga ahora como conductor del ministerio más sensible del gobierno. Sus examigos juecistas -que no le perdonan su “transfuguismo político”- descalifican su gestión como “circo mediático” o “maquillaje de la seguridad” por el protagonismo que el ministro exhibe en las redes sociales, mostrándose siempre presente y operativo en el lugar de los acontecimientos. Hoy, más que ayer, lo que no se comunica no existe. Y eso los incluye a todos. 

Son varias las ollas malolientes destapadas en este tiempo y esto tampoco debe hacerlo sentir muy cómodo al ministro -mirado con recelo por el peronismo ortodoxo- porque la corrupción en un gobierno nunca es una buena noticia. Aunque Quinteros volvió a decir que tiene “el absoluto respaldo” del gobernador en su cruzada contra los malos policías. 

 

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