Debate presidencial: Massa dominó a Milei, pero ¿su simulacro es creíble para los indecisos?
(Con información de NA y propia) El último debate presidencial una semana antes del balotaje mostró al candidato oficialista Sergio Massa con un rol dominante sobre toda la primera mitad y a un Javier Milei que recién logró acomodarse tras la segunda parte.
El ministro de Economía tomó el control del primer bloque de temas, ya que en los tres ejes temáticos que se tocaron hasta el corte apostó a una estrategia que le dio rédito: “Por sí o por no”.
Milei entró en el planteo de Massa y quedó envuelto en la tarea de responder si realmente tenía pensado llevar a cabo sus principales propuestas de campaña, como la dolarización, el cierre del Banco Central, los subsidios y las tarifas.
Ese plan le rindió frutos al candidato oficialista, porque colocó al libertario en el lugar del que tenía que dar explicaciones y, al mismo tiempo, eludió responder sobre los temas más filosos de la situación económica del país.
Con esa estrategia de preguntar por sí o por no, Massa consiguió prácticamente eliminar del debate presidencial la palabra “inflación”, cuestión que el candidato de La Libertad Avanza desaprovechó.
Milei desaprovechó una oportunidad para replicar y pasar al ataque: “Massa, por sí o por no. ¿Cristina es corrupta? ¿A Nisman lo mataron? ¿Vas a meter preso a los ñoquis de La Cámpora? ¿Vas a bajar la inflación alguna vez?”. Pero el libertario la dejó pasar: le faltaron reflejos.
Carpetazo
Massa, que durante toda la noche se mostró más sólido a la hora de hablar sin ayuda memoria, también tuvo un golpe de efecto al revelar que Milei trabajó en el Banco Central, y dejó sobrevolando en el aire la idea de que el libertario quiere eliminar la entidad por una bronca personal, ya que no le renovaron el contrato.
También deslizó que su salida del BCRA podría tener que ver con una cuestión de equilibrio mental del economista, a quien también
desafió a hacerse un “psicofísico”.
El ministro candidato le tiró un “carpetazo” (información de inteligencia) por la cabeza a Milei, y este desaprovechó la oportunidad para acusarlo o asociarlo al espionaje ilegal del kirchnerismo.
De hecho, la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza (LLA), Victoria Villarruel, afirmó tras el debate que Massa pudo haber conseguido el dato de que Milei trabajó en el Banco Central a través de los servicios de inteligencia.
“Me pareció que tenía recursos de la AFI”, afirmó Villarruel en declaraciones al canal TN.
El líder del Frente Renovador intentó de esa forma mostrar que Milei no está preparado para gobernar, también le achacó al postulante de La Libertad Avanza su alianza con Mauricio Macri y destacó que lo habían dejado solo esta noche en la UBA.
Pinocho
Otra estrategia que le sirvió a Massa fue despegarse del kirchnerismo e incluso, retó al libertario a “hacer una denuncia en Tribunales” si tenía pruebas en su contra de algún delito. Fue cuando Milei lo acusó de pertenecer a “un gobierno de ladrones”.
El objetivo del ministro también fue dar señales por fuera del debate, al llevar entre sus invitados a dirigentes que pueden sumarle apoyos en otras fuerzas en la segunda vuelta.
Francisco De Narváez, Carlos Maslatón, Graciela Camaño, Alejandro “Topo” Rodríguez y Mónica Fein dieron el presente convitados por Massa, que también llevó al ex jefe del Ejército Martín Balza para reforzar su discurso sobre Malvinas.
Milei, por su parte, arrancó con el rol del entrevistado y cayó en la red de preguntas de Massa, que incluso lo llevaron a quedarse sin tiempo para hablar de sus propuestas al contestarle al ministro de Economía.
Si bien pudo colocar motes como “pinocho” y “ventajita” a su contrincante, en la primera parte del debate presidencial se lo vio menos concentrado que en presentaciones anteriores y no logró salir del juego que propuso el oficialista.
Tras hablar con sus colaboradores en el corte, pudo ordenarse y salir al segundo tiempo con otra iniciativa, al tratar de pegar a Massa con la casta y el gobierno de Cristina Kirchner.
Massa tuvo respuesta para esto: “Esto no es Macri ni Cristina. No es el pasado. Esto es vos o yo”.
Milei logró algunos puntos al señalar las deficiencias en la educación y datos negativos de la administración actual.
Un dato positivo para el diputado nacional fue que en ningún momento se sobresaltó ni se mostró enojado. Y logró un momento cumbre cuando posibilitó que Massa dijera que “no tengo empresarios amigos”. Sonaron las carcajadas en el auditorio.
En el bloque de seguridad pareció perdido con el tiempo y el discurso y le dio el paso a Massa sin hablar, algo que el ministro hizo notar como una “falta de estudio” del tema.
Tras el debate, los dos bandos sacaron conclusiones y las caras de satisfacción se vieron en las tribunas de Unión por la Patria. No obstante, apenas finalizado el match los libertarios cantaron a los gritos “La casta tiene miedo”.
Preguntas
Con su capacidad oratoria, el ministro candidato dejó claro que es un político profesional. Protagonizó once de las últimas trece elecciones nacionales. Sin dudas, Massa sacó ventaja de su experiencia durante veinte años en cargos públicos.
Ahora, en esta Argentina de hoy, atravesada por una crisis de representación y por un hastío hacia la clase política, ¿suma o resta votos ser un político profesional?
Milei, que desaprovechó para desmenuzar la enorme crisis que deja el gobierno, se mostró a la defensiva y no preparado para el debate aunque más espontáneo y genuino. Esto fue destacado por sus seguidores, que confían en que los votantes premien con su voto la sinceridad y ameteurismo del libertario.
El consenso acerca de que Massa ganó el duelo verbal no se correspondió con los resultados de las encuestas de los portales de noticias donde la mayoría de los votantes virtuales se inclinaron por Milei como ganador del debate.
Sin embargo, el libertario no pudo poner al ministro candidato en el lugar incómodo de dar explicaciones sobre la inflación y la pobreza reinante. Tampoco lo conmovió que lo llamara “Pinocho”, por el conocido desapego de Massa por la verdad.
Se verá en las urnas si la estrategia del simulacro, es decir simular ser el cambio frente al fracaso económico de su gobierno, a Massa le sirvió para sumar indecisos y volcar la elección a su favor.