“Monona Garay”, la maestra del tranvía de Villa El Libertador

(Andre Sosa) Creo que nadie ha contado esta historia. Quizás haya muchas versiones, según las vivencias y puntos de vistas. Pues cada uno cuenta según lo que recuerda.

Yo Andrea Sosa nací y crecí en una familia grande, mis padres y cinco hermanos.

Mi padre luchador y del partido radical, fiel hasta el último a sus convicciones e ideales. Murió y nadie lo homenajeó como debía. Miles de correligionarios pasaron por nuestro patio y comieron de nuestra mesa. Siempre les brindó hasta lo que no poseía. Hombre con una lucidez mental y capacidad asombrosa de aprender constantemente. Autodidacta como él se definía. Muchas grandes ideas pasaron por su cabeza, varios robadas por algunos oportunistas. Pero su necesidad de crear mejores condiciones para muchos eran su meta. Cada vez que lo pienso lo veo en la cima de una montaña con su puño hacia arriba diciendo “SE PUEDE, esto también pasará”. Se fue de esta tierra, pero dejó un legado inmenso. Fue muchas cosas, inventor, pensador, laburante, un sobreviviente.

Mi madre creyente, que a pesar de ser muy pequeña de contextura es inmensa. Se puso desde muy niña desafíos impresionantes. Muchos niños aprendieron a escribir y a leer gracias a ella, LA MAESTRA DEL TRANVIA.

En un Villa El Libertador creciente, ella también daba sus pasos para colaborar con la construcción de un barrio pujante. Ojalá todos esos pequeños que pasaron por esa aula improvisada, la recuerden y valoren esa etapa. Ella les dio cuanto tenía: sus conocimientos y contención.

Agradezco a los cielos y al mismísimo universo que mis padres fuesen quienes son. SOY POR ELLOS. Cuando uno comienza a transitar su propio camino se da cuenta de tantas cosas.

Lo que más lamento es que a pesar de no buscar beneficios propios, nunca fueron valorados en su época ni en esta.

Ya como matrimonio ayudaron a tantos, con un plato de comida, con materiales para construir sus casas, con colchones y siempre con palabras de aliento al desafortunado que golpeaba nuestra puerta.

Muchos pensaron que teníamos mucho dinero. ¡Si supieran! En realidad, nunca nos faltó el plato de comida porque mi mamá inventaba y mi papá se las rebuscaba con distintos emprendimientos.

Tantos políticos que usaron el Comité 18 de Enero para catapultarse y que luego se olvidaron de ellos. Velamos a mi padre y ninguno estuvo acompañando a mi madre.

Quiero que la historia revalorice su vida. La vida del último Radical “ARNOLDO R. SOSA” y de la Maestra del tranvía “MONONA GARAY”.

Hay mucho por decir. Por mi parte, les digo ¡GRACIAS!

Por todos aquellos que no lo hicieron, por todos aquellos que solo los usaron, por todos aquellos que no los recuerdan.
VIVEN POR SIEMPRE EN LA HISTORIA DE MI BARRIO VILLA EL LIBERTADOR.

¡Feliz día del maestro Mamá!!

 

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