¿Se viene el 6, 7, 8 de Javier Milei?

(Mario Albera) Esta nota parte de la hipótesis de un eventual gobierno de Javier Milei en la presidencia de la Nación. 

Esta semana, el conductor del programa “Solo una vuelta más” que se emite por Todo Noticias, Diego Sehinkman, acusó al candidato libertario de haber puesto como condición para ser entrevistado conocer previamente la lista de invitados. El programa convalidó el pedido, le mandó la lista, Milei la vetó y terminó no asistiendo. 

Sehinkman calificó la actitud del candidato de “atropello” a la libertad de expresión. Y dijo: “No pasa nada con no venir. ¿Dónde sí pasa algo? Pasa algo con empezar a revisar una lista, porque evoca lo peor de la historia argentina . La revisación de listas no es un buen síntoma”, señaló el animador televisivo y psicólogo. 

A favor de Milei habría que decir que se advierte un cierto favoritismo del Grupo Clarín y La Nación por la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, si se mide por el despliegue y el espacio concedido al candidato. Esto podría justificar su recelo con la aceptación de una entrevista, más ahora que se siente ganador.  “Es el C5N amarillo”, chicanea Milei al canal La Nación+.

Primera advertencia

En agosto pasado, la Academia Nacional de Periodismo condenó y expresó su “profunda preocupación por las recientes e insultantes referencias del candidato presidencial Javier Milei al periodismo”.

La entidad que nuclea periodistas de distintos medios del país precisó que “en la mayoría de los casos, Milei aludió en términos calumniosos al periodismo, sin identificar a nadie, lo que torna más injustos sus agravios”. 

Como figura outsider de la política tradicional, Milei ganó reconocimiento y fama a partir de sus recurrentes intervenciones en medios de comunicación que lo convocaban como entrevistado o incluso -en algunas ocasiones- como panelista invitado.  

Sin embargo, una vez que el economista liberal decidió volcarse de lleno a la actividad político-partidaria, y a recibir críticas por sus declaraciones polémicas y autoritarias, renegó de los mismos medios que lo habían “creado” y los convirtió en blanco de sus habituales ataques. Acusa a la prensa crítica de “ensobrados”, aludiendo a los periodistas sostenidos por la pauta estatal. 

Propaganda

Entre marzo de 2009 y 2015 (hasta el inicio del gobierno de Macri), se emitió por la TV Pública un programa llamado 6,7,8 que se centraba en la crítica al tratamiento de la información política y social por parte de los medios masivos de comunicación. En rigor, el programa excedía la crítica de medios para hacer propaganda del kirchnerismo, y atacar y hasta escrachar a críticos y opositores. 

“Conmigo no, Barone”, quedó en el recuerdo cuando la intelectual y ensayista Beatriz Sarlo acudió valientemente al programa y lo frenó al periodista Orlando Barone cuando él intentó vincularla con el Grupo Clarín. 

Sarlo es ahora una de las firmantes de un comunicado difundido por un grupo de intelectuales que advierte que Milei es una “amenaza a la democracia” debido a que los discursos del diputado “promueven la violencia social y política”. 

Milei anticipó que en caso de ser presidente cerraría la agencia estatal Télam y el canal de la Televisión Pública, pero dada su sensibilidad y escasa tolerancia a la crítica no hay que descartar que podría picarle el bichito de la propaganda oficial y, en ese marco, podría tener su propio 6, 7, 8, o abusar de la cadena oficial, como lo hacía Cristina Kirchner, para atacar a sus críticos. 

El dueño de Corporación América, Eduardo Eurnekian, sorprendió al pronunciarse sobre Milei, sus ideas de dolarización, sus dichos sobre el papa Francisco y sobre la posibilidad de que acceda a la Casa Rosada. Enfatizó: “Si no se modera, no estamos para aguantar otro dictador”.

Esta faceta de su personalidad le ha permitido a Milei ganar voluntades que se deben sentir identificadas con su enojo visceral e insultos hacia la clase política tradicional y el periodismo profesional. Mientras pueda sacar el país adelante y enderezar la economía, a sus votantes quizá le importe poco los sesgos autoritarios del líder.

Pero “la libre circulación de la información y de las opiniones es, por lo demás, un derecho de la sociedad argentina, no solo del periodismo”, advierten desde la Academia de Periodismo, que aboga porque la persecución y censura al periodismo “no se repita bajo gobiernos elegidos por la sociedad”. 

No se trata de juzgar por anticipado, pero sí a estar alertas de los movimientos e imaginar escenarios luego de que el triunfo inesperado en las Paso ha potenciado los defectos que más preocupan del candidato libertario.

 

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