Villa El Libertador: la gente consume más cerdo por el alto precio de la carne vacuna

Romina Domínguez, vecina de Villa El Libertador y clienta de carnicería Galán, está comprando bifes de cerdo y cuenta que “es para hacer un estofado”. Elije carne porcina “porque es magra y rinde igual que la de vaca”.

Un señor de lentes y gorra de lana hace lo propio pero en la carnicería Lo de Juan, por calle Neiva. “De vez en cuando compro bifes y costeletas de cerdo porque está mucho más barato”, dice y paga con débito. 

Fernando Beas, carnicero de Carnes Entre Ríos, confirma que “la gente se vuelca cada vez más al cerdo por el precio”.

Mientras el precio de un kilo de cualquier corte de cerdo promedia los 4.500 y 5.000 pesos, el de carne vacuna está por encima de los 7.000 y 7.500 pesos, un 60 por ciento más cara.

Esta importante diferencia de precios a favor de la carne porcina busca empezar a discutirle al pollo el reinado como principal sustituto de la carne vacuna.

La venta de pollo de se mantiene constante, pero también aumentó de precio.

Cristian Casusa, de Pollería Indacor, dice que el precio del cajón de pollo subió fuerte. “Hoy cuesta 39 mil pesos. Y hoy, el kilo al público lo tenemos a 2.400 pesos”, precisa. En otras carnicerías del barrio se comercializa entre 2.900 y 3.200 pesos.

“Antes de pagar seis mil pesos por un pollo fresco, la gente se lleva un kilo de molida o de bifes de cerdo porque le rinde más”, apunta Alexis Galán, de la carnicería homónima.

La vaca en picada

El 2024 está destinado a ser el año con el menor consumo de carne vacuna per cápita de las tres últimas décadas. 

Son 44 kilos por persona al año, 16 % menos que en 2023. Y mucho menos que los 60 kilos por habitante que se consumían 10 años atrás. Es una caída abrupta en el país de la carne.  

“Pero hay un dato jugoso”, revela una nota del diario Clarín. “Los argentinos no resignan la proteína animal. Ni más harina ni más verduras (también carísimas). Se consume menos la de vaca, pero mucho más la carne de cerdo, que viene justo después de la sustituta predilecta: la de pollo”.

Es que el consumo por habitante de pollo oscila entre los 47 y 48 kilos, en tanto que el de cerdo ya se ubica entre el 23 y 25 kilos por cabeza, según estadística de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra)

Preferencia por la molida

Carniceros de Villa El Libertador refieren que la venta de carne de vaca registra una caída de entre “30 y 50 por ciento” respecto a dos meses atrás. Solo en carnes Galán dijeron que las ventas “se mantienen constantes”.  

El corte de carne vacuna con más salida es la molida, principalmente intermedia (entre común y especial), que en el barrio se vende entre 4.600 y 5.800 pesos el kilo. La molida es usada para salsas, guisos, hamburguesas y albóndigas. Es un corte “multiuso”.

Luego le siguen los bifes (nalga, cuadrada, bola de lomo, etc.) y el asado los fines de semana, aunque cada vez menos. Entre las brosas, el corte con más salida es el hígado, y entre los cortes avícolas las milanesas, las alitas y las patas muslo.

 El avance del cerdo

Según el último informe de precios minoristas del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), el valor promedio del kilo de pollo, a mayo, es de $ 2.500, con una variación mensual al alza de 4,7%. El pechito de cerdo, en cambio, que cuesta $ 4.400 el kilo, marcó una baja del -0,9 %. Y la carne vacuna, a $ 7.300 el kilo, también subió, un 3%.

La variación interanual de la carne vacuna se ubica en un 283,07%, en el pollo fue de 249,1% y en el cerdo fue del 231,4%, la menor suba respecto a mayo de 2023.

Es decir, en precio, hoy se impone la carne de cerdo en la dieta de los vecinos.

Pero si bien los nutricionistas destacan como bondades de la carne porcina el ser “rica, buena y rendidora”, no es asimilable para el paladar de todos y todas.

Una ama de casa de Villa El Libertador que se encuentra comprando seso para canelones le dice a La Décima que “el precio de la carne está caro, pero bueno… a mí el cerdo no me gusta”.

Tomás Cicconi, carnicero, confiesa que la suba en la venta de carne de cerdo le permite compensar la fuerte caída en la venta de carne de vaca. “De cinco a seis reses que bajaba por semana, ahora bajo entre ocho y diez”, precisa para graficar el aumento en la venta.

“La gente cambió hábitos (por la crisis) y descubrió un nuevo mundo”, dice. Y revela que un clásico del consumo popular ya es “llevarse un puré de tomate y pulpa de cerdo para una salsa”.

 

 

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