Vivir al día: “No hay bolsillo que aguante”

La gente está enojada. Y te lo hace saber cuando le preguntas por los precios de los alimentos. “¿Y qué te parece? Para arriba”, contesta uno cuando le preguntamos sobre los precios. “Lo que pasa es que acá se aprovechan porque es el único supermercado que quedó en la Villa”.

Es cierto; en la principal calle comercial de Villa El Libertador, solo hay un supermercado; tiempo atrás convivían dos y al menos eso generaba una competencia de precios y ofertas. Ahora quedó solo uno frente a la plaza.

Son mayoría los vecinos que se detienen a dar su parecer sobre los precios. En resumen, observan que los precios se mueven de semana en semana, que hay faltantes de productos y que hay que caminar para comparar y comprar.

Varios de los encuestados hicieron hincapié en la necesidad de caminar y comparar precios para no comprar en el primer lugar que ingresan. Para dar una idea de la dispersión de precios que hay, el pan que en el kilo cuesta 400 pesos el kilo, se consigue en una panadería a 280, 120 pesos menos.

La gente además se siente acorralada por los precios porque, por ejemplo, cuando la carne de vaca aumenta se vuelca a comprar pollo, pero ahora el pollo está casi tan caro como la carne. En el último tiempo se movió tres veces el precio y un kilo se ubica hoy en más de 900 pesos.

A continuación dejamos las respuestas brindada por los vecinos al salir del supermercado:

Cristian Palacios: “Los precios aumentaron un montón, esta compra es para un par de días hasta que vuelva a comprar para el mes. Una compra del mes estoy gastando cincuenta mil pesos”.

Marta Domínguez: “Están salados los precios, un kilo de tomates casi mil pesos, un lechuguín seiscientos pesos. Uno busca precios en todos lados, no hay que meterse a comprar en el primer lugar. Vivimos al día”.

Daniel Videla: “Casi todos los días hay aumento, yo compro para el día. El azúcar, el pan… casi todo aumenta. No hay bolsillo que aguante”

Rubén Mansilla: “Yo compro para el día porque lamentablemente como están las cosas me alcanza para el día”.

Romina Almada: “No se puede comprar nada, hay que andar viendo las ofertas porque es imposible comprar. Hoy compré para el día. La carne, el pollo… antes uno decía está cara la carne compramos pollo, pero hoy tampoco se puede comprar porque sale parecido a la carne”.

Elsa Villarroel: “Antes compraba dos aceites ahora te venden uno, comprabas tres o cuatro paquetes de fideos pero ahora te dan dos. Ya no se puede comprar para todo el mes. Yo llevo lo justo para el día”.

José Leiva: “Hay mucha diferencia entre un lugar y otro. Hay que caminar, ahora voy acá a dos cuadras y consigo el pan a doscientos ochenta pesos y el kilo de criollo trescientos veinte”.

Daniel Rivarola: “Cuando cobro compro para el mes si no compro cosas puntuales. Conviene mil veces hacer una compra grande”. 

Susana Olivares: “Le vengo a comprar a mi mamá jubilada. De un día a otro cambian los precios”.

Miguel Torregiani: “Yo vengo una vez cada diez días y los precios son otros. No se pueden prever los precios. Hay faltantes, harina leudante no hay”.

María Cuello: “Los aumentos son en general… el azúcar es imposible comprar. El kilo estaba la semana pasada a trescientos veinte hoy está a trescientos noventa. Harina casi no se consigue”.

Delia Cabrera: “Compro dos veces por mes y de una compra a otra los precios aumentan. La leche, el queso, todo eso es una barbaridad. Como tengo diabetes tengo que comprar cosas light y es todo más caro”.

Hugo Espíndolas: “Los primeros días del mes aumentan un seis o siete por ciento los precios. No te alcanza. Yo compro todos los días con la tarjeta”.

 Melise Lescano: “No te alcanza para nada. Yo compro día a día. Medio changuito son quince o veinte mil pesos. El aceite, el azúcar… son los productos que más aumentan. El Natura de litro y medio cuesta ochoscientos pesos. La lata de leche Nido vale más de mil pesos”.

Teresa Heredia: “Está todo que ya no se puede vivir. Ya no tienen control los precios. Yo tengo negocio a la par de mi casa y no puedo comprar ahí. Una yerba setescientos pesos, dos tiras de pan son doscientos”.

Luis Rebolledo: “Hoy no sabés si al otro día los precios aumentaron o no, y bueno, uno tiene que tratar de comer lo que uno pueda. A la verdura la compro por unidad”.

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Los cortes de carne más populares

En la carnicería ubicada frente a la plaza principal las ofertas inundan la heladera. Hay hojas A4 impresas con letras gruesas con los precios de cada corte.

Según los empleados, los cortes de carne más vendidos en Villa El Libertador son la aguja parrillera, el puchero y la carne molida. Esto se debe a los precios, que oscilan entre los 1100 y 1300 pesos el kilo.

Las milanesas de pollo, que es otro producto muy requerido, se encarecieron junto al valor del pollo. El kilo cuesta 1900 pesos, igual que las de carne vacuna. Queda como alternativa las de cerdo a 1400 pesos.

Ante el aumento de la carne, la gente siempre se vuelca al pollo, pero ahora mucho menos porque también se encareció. El kilo cuesta 920 pesos.

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Papas y huevos

En la verdulería frente a la plaza principal, su encargado Jesús Castillo cuenta que así como hay gente que compra una sola cebolla, hay otros que vienen y se llevan muchas cosas sin preguntar por el precio.

Entre las verduras con más salida se imponen la papa –el  kilo está a doscientos pesos- y los huevos –el maple cuesta 1.100 pesos-. Dentro de las frutas se imponen las tradicionales: manzana, banana y peras.

La verdulería tiene afuera varias pizarras con ofertas. “Yo tengo una oferta que anda muy bien que es la de 5 kilos de verdura por mil pesos. Ahí llevas acelga, tomate, zapallo, calabacín, limón y cebollas”, enumera Castillo .

 

 

 

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