¿En serio no comprenden el “fenómeno Milei” y el por qué de su respaldo popular?
(Mario Albera) En sus crónicas y análisis políticos, los colegas periodistas reflejan el supuesto desconcierto de la clase dirigente mediterránea sobre la imagen positiva del presidente Javier Milei en la provincia mantenida arriba del 60 por ciento.
“El dato no deja de sorprender al “círculo rojo” cordobés”, escribe el analista local, que trata de “incrédulos” a los miembros del “círculo rojo” que integran encumbrados políticos y empresarios.
El supuesto intríngulis es cómo el presidente conserva tamaña imagen con semejante ajuste y recesión económica.
¿En serio no entienden el “fenómeno Milei” y el por qué de su respaldo popular? ¿En serio no le encuentran una “explicación razonable” a esta nueva etapa de la Argentina?
Arriesgo dos explicaciones con forma de certeza.
El respaldo popular no se debe a que la gente apoya el ajuste económico brutal. Por el contrario, lo sufre con el aumento del costo de vida por tarifas de servicios públicos, combustibles y alimentos, desregulados. Pero aventuro que la gente respalda a Milei porque entendió la analogía de que un gobierno es como un hogar: no puede gastar más de lo que no tiene para vivir y crecer. Porque gastar de más empobrece, hipoteca el futuro del país con más endeudamiento y pulveriza el valor de la moneda nacional.
Por ende, la sociedad entiende que Milei se ocupa de lo que, desde la Convertibilidad -por subestimación, negligencia o ideología- los sucesivos gobiernos democráticos no se ocuparon: de intentar domar por las astas el toro de la inflación. En este sentido, Milei encarna un cambio cultural que es gobernar sin déficit fiscal, algo harto pregonado pero no practicado. Y del que se ocupan hasta países como la China comunista.
A Milei le puede ir bien o mal en esta cruzada, pero lo seguro es que después de él, darle a la maquinita para emitir pesos descontroladamente será algo prohibitivo. Y mal visto, porque el mileísmo está haciendo escuela con esto en el entendimiento social. El solo haberse ocupado del flagelo (cáncer) inflacionario, ya es un activo político legitimador del poder presente y cotizante para el futuro electoral del libertario.
La segunda razón que explica el fenómeno y su respaldo popular es la absoluta falta de contrincantes. ¿Quién es el dirigente o rival político con capacidad y carisma para ofrecer un relato alternativo y seductor para el electorado, y disputarle la centralidad del discurso a Javier Gerardo? Es tan incipiente el fenómeno, y la fantasía de los opositores más acérrimos por el helicóptero, que ese dirigente con un relato nuevo y creíble demorará en parir. Porque resulta más sencillo y tentador tejer conspiraciones y operaciones desestabilizantes que crear ideas nuevas que emparden la narrativa del equilibrio fiscal. En esto, Javo lleva la delantera.
El respaldo popular a Milei se entiende además porque enfrente tiene a Cristina Kirchner, Axel Kicillof, Sergio Massa -en bambalinas-, Guillermo Moreno; es decir, campeones de la inflación y el despilfarro público, postales de color sepia y con aroma a fracaso, mientras que los que buscan emerger como lo nuevo o moderados (Losteau, Schiaretti, Pichetto), son percibidos como “la casta”, los profesionales que hicieron carrera en la política, con todo lo bueno y malo que ello significa.
Será difícil el renacer de un retador para un presidente que además de su determinación y liderazgo carismático, y de un pragmatismo para la negociación política, es un profesional formado en la ciencia económica, todo un plus para una sociedad como la nuestra adiestrada en el idioma del dólar, devaluación y cepos cambiarios. Que es lo mismo que decir obsesionada por la inflación.