Inseguridad en VEL: les entregaron los controles, pero las alarmas y el domo policial no funcionan

Un sector de Villa El Libertador vive un contrasentido en materia de seguridad. 

Las autoridades les entregaron a los vecinos los controles para las alarmas comunitarias, pero los aparatos no funcionan.   

Se trata de vecinos de la calle Río Negro entre Mercedes y Ushuaia. Encima que dicen padecer la ausencia policial absoluta en verano, el único método preventivo con que cuentan (las alarmas) está inactivo.  

También están los domos policiales ubicados en el sector, que deberían registrar en altura y 360 grados los hechos delictivos que se suceden a diario y a toda hora. Tampoco funcionan. Los cacos lo saben y por eso dan rienda suelta al delito.  

Alarma comunitaria de Río Negro y Cajamarca

Los vecinos se autoconvocaron ayer en la esquina de Cajamarca y Río Negro para reclamar el funcionamiento de los aparatos: alarma y domo. Y contaron a La Décima sus padecimientos. 

Nora cuenta haber sido asaltada “tres veces”. “Primero me sacaron cosas en la cochera y después ya fueron a la mitad del patio y se llevaron más cosas”, apunta. Ella vive en la esquina mencionada.  

Abigail tiene un comercio en el sector y describe: “Ya es moneda corriente: los arrebatos, la oscuridad, entrar a una casa y darte cuenta que te quieren asaltar”.  Y agrega: “Los tipos ya no se esconden, andan a cara descubierta”.

Las ventas del negocio han caído porque la gente deja de salir a comprar por temor a ser saqueada. 

Domo de Río Negro y Cajamarca

Un señor encueros refiere haber visto a motochoros sacar a plena luz del día el arma de fuego de “entre las piernas” para cometer asaltos a transeúntes.  

“La otra vez asaltaron a una señora, había un patrullero y le avisan, y estos le dicen que debía hacer la denuncia, en vez de actuar”, reseña. 

Nilda vive por Río Negro pasando Ushuaia. “Un sábado a la noche me entraron y me llevaron todas las macetas y plantas. Y el lunes tl tipo volvió a llevarme lo que faltaba”, cuenta.  

Otro vecino cuenta que su casa es usada como refugio por los vecinos para evitar ser asaltados en la parada de colectivo ubicada a metros de Mercedes. Es por Río Negro 5723. 

“Le roban a la gente, siempre se sienten gritos”, dice. Y añade: “Hay control policial en la plaza principal, pero estamos regalados de este lado del barrio. Hace dos meses que la cosa se agravó”. 

Pero tampoco en la plaza la seguridad brilla como el oro. Un referente vecinal cuenta que el dúo de efectivos que controla el espacio verde le contestó no tener equipo de comunicación activo cuando le refirió que había motochoros merodeando el lugar. 

Siguiendo por Río Negro, “la gente tira las carteras y bolsos adentro de mi casa para que no le roben en la parada”, refiere una señora. 

Los vecinos movilizados por la inseguridad sienten que los delitos se agravaron “los últimos meses”. “Es horrible vivir. En este sector había un robo cada tanto, pero ahora es cosa de todos los días”. 

“Es cosa de todos los días, y no los conocemos. Cada vez hay más delincuentes”, señala, alarmada, la vecina. 

Una referente vecinal y empleada del gobierno provincial se acercó a comunicarles a los vecinos haberle transmitido el problema a las autoridades para una pronta solución. Sospechan que el domo y las alarmas salieron de funcionamiento por algún cortocircuito con la última tormenta. 

También se acercaron al lugar tres uniformados: dos de la Policía Barrial y un comisario de la 18. Todos expresaron su buena voluntad de atender los reclamos y patrullar más, pero los vecinos sienten que solo aparecen cuando ellos se movilizan. 

“Solo se ve policías cuando hacemos esto o empiezan las clases”, coinciden, todos.  

“Estamos en una de las calles principales de la Villa, a tres cuadras de la plaza central, y no es posible que no haya controles”, refiere la comerciante. “La Policía nunca aparece”, sentencia.  

 

 

 

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