Mariano Sanna, un inventor en barrio Héroes de Malvinas

Creó un sistema integral de energía renovable que permite propulsar con agua vehículos o tener luz y gas en el hogar sin conectarse a las redes.

(Nota principal de la edición gráfica de enero) Imaginen un mundo donde los autos, la luz, el gas, los electrodomésticos y la internet del hogar sean propulsados por un aparato alimentado solamente a agua.

Es un mundo inimaginable en una economía de mercado como la actual, donde todo tiene precio.

Sin embargo, es la utopía de un vecino de barrio Héroes de Malvinas, aunque él prefiere hablar de un “sueño posible”.

“Prefiero hablar de un sueño realizable”, dice Mariano Sanna, 40 años, técnico en telecomunicaciones y seguridad electrónica, y autor de este invento.

En un primer mensaje de wasap enviado a La Décima, Sanna definió así a su invento: “Se trata de un Sistema Energético Renovable Integral que brinda energía eléctrica e hidróxido de hidrógeno comprimido, lo que posibilita cocinar, calefaccionar, impulsar motores como el de un auto, una moto o un avión sin ningún tipo de emisiones contaminantes, y lo más importante, funciona con agua de cualquier tipo. Con estos sistemas simplemente no tendrás que pasar nunca más por una estación de servicio, o conectarte a la red de energía o la red de gas”.

Hecha la presentación, lo visitamos en su casa ubicada frente al nuevo centro de salud del barrio. “Mi casa es un taller”, se presenta al recibirnos.

Formado en la escuela técnica, luego en la Fuerza Aérea, y con una capacitación en la empresa Bosch en Alemania, Sanna es una alma inquieta apasionado por la electrónica y la energía renovable.

“Lo más importante es que el equipo no contamina, tiene cero emisión, es de bajo consumo, silencioso y portátil”, señala al enumerar las ventajas de su invento.

Primero adaptó el equipo a dos autos (Fiat 141 y Siena) y comprobó que podía funcionar, pero luego de tres años de búsquedas se dio cuenta que podía sacarle más prestaciones y entonces lo convirtió en algo autónomo.

En Navidad, por ejemplo, se cortó la luz en toda la zona,pero su casa quedó iluminada gracias al equipo.

Elarmazón es de chapa y tiene forma de triángulo escaleno, donde en el frente hay dos paneles que reciben la energía solar, y en el interior distintas piezas como una batería, una computadora y un equipo de gas para el proceso de electrólisis.

Sanna echa agua en un bidón y muestra cómo el equipo empieza a funcionar.

Vida cotidiana

Sobre las prestaciones del invento, dice: “Te entrega corriente eléctrica alterna de 220v para los consumos del hogar y 12 voltios de corriente continua  como salida de emergencia doce voltios para que conecten los usos del hogar como la tele, la heladera, cargar la batería del auto, una luz de emergencia”.

“Con el hidróxido de hidrogeno comprimido también podrías cocinar, conectar el calefón y el termotanque pero siempre que adaptes los aparatos”, dice.

En el caso de un auto, el hidrógeno funcionaría con un sistema similar al GNC “pero con un tanto más de seguridad porque es un material volátil”.

Europa y, particularmente Asia, invierten fuertemente en innovación de sistemas de hidrógeno y están más adelantados en esto de la energía limpia y sustentable. “En Argentina, ni siquiera hay leyes de fabricación con hidrógeno”, apunta.

Como todo emprendimiento personal, Sanna se endeudó para avanzar con su invento, confía en la aprobación de la patente y en la producción futura.

“Mi objetivo, una vez patentado definitivamente, es producir socialmente, llevarlo a poblaciones alejadas que no cuentan con servicio de energía, gas o de internetet en el marco de un proyecto educativo donde enseñar y explicar las bondades de la energía renovable”, dice.

Claro que para eso deberá seguir golpeando puertas y convencer a los interesados en invertir en su proyecto.

Picar en punta

La solicitud de patentamiento y fabricación del sistema se inició el 4 de febrero del 2020, con el número de trámite 876669, ante el Instituto Nacional de Propiedad Inteletual (Inpi), según consta en el recibo de ingreso de la solicitud.

Sobre las implicaciones de esta presentación, Sanna explicó que el Inpi comprueba que “no exista nada igual en el mundo”, y que “sea algo que realmente funciona para dar el registro definitivo”

Sanna indica que “la mera presentación del pedido me habilita a la producción porque antes me tomé el trabajo de averiguar de que no exista nada igual en el mundo”.

“Solo faltaría que cada cosa que lleva la patente cumpla con la norma de fabricación del lugar en donde se pretenda producirlo”, aclara el inventor.

“Hubo gente que intentó patentar cosas sobre hidrógeno pero retiraron las solicitudes, capaz porque les compraron las ideas para que no salgan”, dice, suspicaz.

 

 

 

 

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